La equinoterapia implica interacciones con caballos para mejorar las capacidades físicas, emocionales y cognitivas. El movimiento rítmico del caballo puede ayudar a desarrollar el equilibrio, la coordinación y la confianza de las personas con autismo.

La terapia con animales implica interacciones con animales, como perros, gatos o delfines, para promover el bienestar emocional y social. La presencia de animales puede reducir el estrés y facilitar la comunicación.

Las terapias de movimiento como la danza, el yoga y la terapia de ritmo pueden ayudar a mejorar la coordinación, la concentración y la expresión emocional en personas con autismo.

La música y la terapia de sonido pueden ser beneficiosas para las personas con autismo, ya que ayudan a desarrollar habilidades de comunicación, expresión emocional e interacción social.

La terapia de agua, como la hidroterapia, puede mejorar la fuerza muscular, la coordinación y la relajación, proporcionando un entorno sensorial agradable.

 Las terapias como el masaje terapéutico o la estimulación táctil pueden ser beneficiosas para las personas con autismo, ya que ayudan a regular las sensibilidades sensoriales y promueven la relajación.